La Agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al hombre sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre. Cicerón

martes, 10 de mayo de 2011

Las manos

Galicia Hoxe, 11 de mayo de 2011. Gustavo Duch

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término rural como ‘Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas’. En contraposición, se refiere al término urbano como ‘Cortés, atento y de buen modo’.

El cacique se levantó. Estaba rodeado de todas las personas del clan. El clan de los Urbanos. Estaban atrapados, en la encrucijada, no más podían demorar la decisión. -Tomemos un nuevo camino, ¿cuál? ¿Por dónde? ¿Hacia dónde? ¿Para llegar a? ¿Con quiénes? – preguntó.
Las familias ya no cultivaban la tierra. Habían delegado la producción de alimentos a empresarios que con modernos métodos de cultivos –explotaciones, les llamaban- habían estrangulado todos los recursos naturales. A los pocos años, poco quedaba para comer, y menos quedaba que fuera comestible. Tanto gastaron y tanto despilfarraron que montañas de residuos, emitiendo gases pestilentes, les impedía respirar con regularidad. El oxigeno que llegaba a sus venas, y el agua que bebían en sus vasos, estaban infectados, y así, sus cuerpos enfermaban.
Habían perdido todo el control. El cacique y su asamblea de ancianos, ya no regulaban, no tenían poder. Habían entregado a las manos de una gran mano invisible su libertad. Todo tenía dueño, amo o gestor. También los saberes eran mercancía para esas manos invisibles, frías, atentas, cortesanas y aplastadoras. Y a todo eso le llamaron crisis.
El decidor, el hablador, el que cuenta, el que sabe de otros clanes, se puso de cuclillas y tomó la palabra. -Allí, más cerca de lo que parece, conocí de otro clan. Son los Rurales. Desde hace años entendieron más que nosotras y nosotros. A nuestro lado son precursores, innovadores…casi que son futurólogos. Porque supieron que vendría y actuaron:
Cada familia entregó su blasón, los cosieron y hecho uno y multicolor proclamaron en rebeldía, su soberanía. Pactaron reducir, reciclar, reutilizar y ese ejercicio que les hacía más grandes, le llamaron, decrecer. Pensaron, repensaron y reaprendieron el arte de cuidar la tierra para producir alimentos. Le llamaron agroecología. Recuperaron a sus espíritus que les recordaron cuál era su mejor tesoro: sus manos. Tal vez toscas, pero manos palpables, que abrazan, que rodean, y –concluyó el hablador poniéndose en pie- calientes como el Sol.

1 comentario:

  1. Es una grate alegría de salir hoy y decirle que el aceite de cannabis es realmente una cura perfecta para todos y estoy encantado de ser una de las personas de aceite de cannabis curado, sufrí cáncer de próstata y copd durante 11 años y en el procesamiento de Curando mi cáncer de próstata mi copd se había ido también, me reuní con una terapia de cáncer en la Florida que me ayudó a curar mi cáncer de próstata 11 años con la ayuda de aceite de cannabis. Todo gracias a la cura natural de cannabis con la ayuda de Phoenix Tears (ricksimpsoncannabisoil_phoenixtears@outlook.com) hoy marcó el cuarto mes que me curaron y le diré que hay más investigación para la cura natural de cannabis y que sus problemas de salud se resuelven.

    Nunca creo que un día mi cáncer y copd se habrán ido para siempre, gracias al aceite de cannabis.

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